Por Juan Manuel Bellver, corresponsal en Francia. Fantômas es uno de los malvados más reconocidos e imitados de la cultura popular del siglo XX: protagonista de novelas, cómics, películas, series de televisión... Nacido en 1911 de la fértil imaginación de los autores franceses Marcel Allain (1885-1970) y Pierre Souvestre (1874-1914), este abyecto criminal con modales de dandy representa la transición entre los antihéroes de la novela gótica decimonónica y los asesinos en serie de la era actual; bien podría considerarse como el más influyente supervillano de la modernidad.
Ayer, la Bibliothêque National François Mitterand de París celebró su 100º cumpleaños con una serie de actos que incluyen una exhibición de las primeras ediciones de los 32 volúmenes firmados por Allain y Souvestre entre 1911 y 1914 y publicados por Fayard, así como la proyección de dos mediometrajes dirigidos por Louis Feuillade en 1913 ('A l'ombre de la guillotine' y 'Juve contre Fantômas') y diversas conferencias relacionadas con este infame personaje, cuya impronta se puede percibir en el coleccionismo, la historieta, la serie negra y hasta la alta cultura.
"La sombra de Fantômas está presente hasta en la obra de Robert Desnoes y es una figura surrealista de la revuelta y la libertad", argumenta Marie-Claire Dumas, profesora de la Universidad Denis Diderot de París. Y es que la figura del estiloso criminal se ha perpetuado a lo largo de las décadas sin perder jamás su apostura y su profundo desdén por la ley y la moral establecida. Guillaume Apollinaire dijo que "desde un punto de vista imaginativo, Fantômas es uno de los trabajos más ricos que existen". Y pintores como René Magritte o Juan Gris le dedicaron lienzos como prueba de su devoción incondicional.
Su profundo desdén por la ley y la moral establecida lo convirtió en un héroe para las vanguardias
También el maestro Fritz Lang lo homenajeó de algún modo con sus tres películas (1922, 1933 y 1960) para la UFA sobre el Doctor Mabuse. El rey de la comedia Blake Edwards se inspiró en él para crear el ladrón de guante blanco de 'La pantera rosa' (1963). Y hasta el muy afrancesado Julio Cortázar le consagró su folletín 'Fantomas contra los vampiros multinacionales' (1975).
Desde su nacimiento, la serie entusiasmó tanto al público masivo como a los intelectuales por sus desenfrenadas escenas de acción y sus intrigas imaginativas y tortuosas. 'Las aventuras de Fantômas', del periodista Fandor y del inspector Juve han sido después adaptadas al cómic (con secuelas en Francia, EEUU e incluso una muy popular ahora de culto en México), al cine (desde los cinco filmes pioneros de Louis Feuillade hasta la trilogía de André Hunebelle con el genial Louis de Funes en el papel del policía), pero también al teatro, la radio y la serie televisiva, destacando un telefilme de cuatro episodios de 1980 dirigido inicialmente por Claude Chabrol y protagonizado por el bello y tenebroso Helmut Berger.
¿Qué tiene este archivillano para haber sobrevivido a las modas y la aparición de mil y un imitadores?
En primer lugar, estilo. Cuando no va impecablemente vestido con frac, Fantômas es un maestro del disfraz, que le sirve para metamorfosearse y cometer las peores atrocidades, generalmente bajo la identidad de alguien a quien previamente ha asesinado. Antes de abrazar para siempre el mal, Fantômas era el archiduque Juan North, del principado alemán de Hesse-Weimar, un aventurero que participó en la guerra de los Boers en Suráfrica y recorrió en mundo, desde la India hasta México, y llegó a tener dos hijos ilegítimos (Vladimir y Helène) con la aristócrata adúltera Lady Maud Beltham, la cual se debatirá toda la vida entre su pasión por el maligno y el rechazo de sus crímenes, hasta su trágico suicidio en 1910.
En su segundo lugar, Fantômas cultiva la vileza y la iniquidad como nadie lo ha conseguido hacer en la ficción hasta la aparición de los primeros 'serial killers'. Y es que este malo de campeonato se revela, episodio a episodio, como un verdadero sociópata que disfruta matando de las maneras más sádicas, se muestra siempre despiadado y no es leal con nadie, ni siquiera con sus propios hijos. Además, para cometer sus fechorías, hace uso de increíbles y truculentas técnicas: plagas de ratas infectadas, serpientes gigantes o cuartos que se llenan de arena.
Hoy, más que nunca, el ignominioso Fantômas sigue reinando en las calles de París, gracias a esta iniciativa de la Biblioteca Nacional. Anoche, los más distinguidos aprendices de malvado de la capital francesa y otros 'fans' fatales se reunieron para festejar su centenario en la Biblioteca Nacional de Francia. Además de la exposición, conferencias y proyecciones, el momento más esperado de la jornada será la recuperación de un muy raro filme de 1937, 'Señor Fantômas', firmado por Ernst Moerman, aquel extravagante poeta belga que, entusiasmado por la intrínseca felonía del sujeto, llegó a escribir: "Fantômas que estás en los cielos, salva la poesía". Que así sea.
martes, 21 de junio de 2011
jueves, 9 de junio de 2011
El Centenario de Fantomas
Fantomas es el protagonista archivillano y mente criminal de una serie de novelas policíacas escritas por Marcel Allain (1885-1970) y Pierre Souvestre (1874-1914).
Uno de los más populares personajes en la historia del crimen francés, Fantomas fue creado en febrero de 1911 y apareció en un total de 32 volúmenes escritos por los dos escritores, además de otras 11 obras de Marcel Allain, tras la muerte de Souvestre. Fantomas ha sido el tema de varias adaptaciones al cine, televisión e historieta. Su importancia en la historia del crimen y la ficción no puede ser subestimada, pues representa la transición entre los villanos de la novela gótica y los asesinos en serie modernos.
Para celebrar su centenario, Gonzalo Martré y otros admiradores de Fantomas van a publicar en el presente 2011 un libro con el título de El Centenario de Fantomas. Este blog se propone ofrecer anticipaciones de dicho libro a los lectores de habla hispana. Para comenzar, la primera entrada se refiere a la historia de la historieta "Fantomas, la amenaza elegante" :
I. La historieta mexicana “Fantomas –La amenaza elegante”
La historieta mexicana “Fantomas” es una historieta de culto. Como tal, abundan en la red de internet comentarios, colecciones y demás rituales de todo culto que se aprecie. Pero en todos ellos existen fallas de documentación sobre el origen de ”Fantomas” en México, errores en la atribución de su paternidad y otros detalles. El presente artículo está hecho con dos propósitos: primero, poner cada cosa en su sitio y segundo, rendirle homenaje a su creador, ya muerto.
En 1969, a Guillermo Mendizábal, frisando los 40 años de edad, se le ocurrió actualizar al personaje “Fantomas” de los folletines franceses de principio del siglo XX; quizá tomó como modelo a otro personaje similar de la historieta italiana llamado “Diabolik”, eso sólo él lo supo. En sociedad con el dibujante Rubén Lara, Mendizábal creó no tan sólo al personaje, sino toda su parafernalia: el profesor Semo sabio que lo apoyaba con sus artilugios electrónico-mecánicos, el robot C-19 creado por éste y lo rodeó de bellezas que respondían a los nombres del Zodiaco; todas estaban enamoradas de él, pero Fantomas de ninguna. Lo situó en su refugio de las inmediaciones de París y también lo dotó de otro refugio en una isla secreta de los mares del sur. Todo lo diseñaron entre ambos: características físicas y psicológicas.
Como Mendizábal carecía de los recursos económicos para publicar su historieta, acudió a la editorial Novaro (sociedad anónima), por aquella época (años 60), la primera publicadora de historietas gringas (tenía contrato con los sindicatos gringos de historietas), compraba los clichés y hacía las traducciones al español. Pero también era publicadora de historietas de origen mexicano, tenía varias series (Vidas de santos, Tesoro de cuentos clásicos, etc.). En Novaro, el responsable de las historietas mexicanas era Alfredo Cardona Peña, fino poeta y cuentista costarricense avecindado en México, quien vio en “Fantomas” buenas posibilidades. El poeta tico revisaba los argumentos, y el dibujante Moro revisaba los dibujos. Primero lo publicó como parte de la serie “Tesoro de cuentos clásicos” y al cuarto número lo sacó de ahí y le dio independencia formal. Fantomas fue un éxito rotundo. Al terminar de entregar el número 6, Mendizábal exigió sus regalías. Cardona Peña no se ocupaba de asuntos admnistrativos y lo mandó con el Jurídico. En el departamento jurídico le informaron a Mendizábal que Novaro no ofrecía regalías a sus argumentistas ni dibujantes. Les pagaba su trabajo por número y con un contrato que caducaba una vez publicado. Eso sí, pagaba bien, cosa que no hacía la competencia, la cual tampoco pagaba regalías. En esos tiempos abundaban las editoras de historietas.
No hubo arreglo y Mendizábal anunció que retiraba su personaje. Entonces el jurídico le informó que no podía hacerlo porque Novaro ya lo había registrado como propiedad intelectual suya en Derechos de Autor. De todos modos, Mendizábal y Lara se negaron a seguir trabajando para Novaro.
Entonces Cardona Peña buscó guionistas y dibujantes. El tico frecuentaba una peña literaria cuya sede era una cantina céntrica. La peña se autotitulaba LEAB (Liga de Escritores y Artistas Borrachos), en realidad Cardona Peña (de unos 50 años) era el patriarca de esa liga, formada por jóvenes entre los 20 y 30 años. En la cantina “Salón Palacio”, ACP un sábado por la tarde solicitó a los presentes candidatos para guionistas de Fantomas. Dos de ellos aceptaron en el acto al oir el pago (mil pesos por número) y otros se negaron a ello aduciendo que era rebajar su intelecto. De ahí surgieron Gerardo de la Torre y Gonzalo Martré. El primero rondando los 30 años y el segundo los 40. Por otra parte, ACP había conseguido a la escritora Rosa María Philips, quien argumentaba otras series de la misma editora. Para el dibujo atrajo a un ayudante de Rubén Lara, Víctor Cruz quien hizo una regular imitación del diseñador gráfico de Fantomas.
Los 3 guionistas trabajaron alternándose durante un año para Fantomas. Cruz pudo imitar con decoro el trabajo de Lara, aunque jamás lo superó. Rubén Lara en realidad era muy bueno y original.
Fantomas fue un éxito formidable desde el principio. Al cabo del primer año, Philips se retiró por enfermedad y De la Torre por hallar en la TV educativa un campo más lucrativo, durante dos años más envió esporádicamente uno que otro argumento y se retiró a la televisión educativa como guionista de “Plaza Sésamo”; Martré quedó solo como argumentista durante los siguientes 6 años. Si Mendizábal fue el “padre” creador de Fantomas, Martré fue su segundo “padre”, pues su trabajo no tan sólo nunca desmereció ante el primero, sino que lo superó –bajo los lineamientos originales-.
Martré introdujo en esa historieta algunas modificaciones de guión, tales como hacer personajes a gente famosa de la vida real, y darle a Fantomas un carácter más sarcástico. En ese tenor, en junio de 1975 a Martré se le ocurrió usar como personajes en el número 201 titulado “La inteligencia en llamas” a cuatro escritores famosos, entre ellos a Julio Cortázar. Esta es otra pequeña historia: en Novaro también trabajaba el argentino Luis Guillermo Piazza como jefe literario, quien se tomó la molestia de enviar el número titulado “La inteligencia en llamas” (título sacado de un verso de José Gorostiza en su famoso poema “Muerte sin fin”) a Cortázar. Cortázar discurrió que, puesto que a él no le habían pedido permiso para figurar en la historieta, él podría utilizar al personaje Fantomas en un trabajo suyo. Entonces escribió el folletín “Fantomas contra los vampiros multinacionales” con ilustraciones del número controvertido y se lo envió a Piazza quien se encargó de proponerlo al influyente periódico “Excélsior” y su director Julio Scherer no titubeó en publicarlo con un tiraje altísimo de 30 mil ejemplares siendo también todo un éxito (bajarlo completo en www.literaberinto.com/cortazar/fantomas.htm) . Sobre este folletín de Cortázar se han hecho ensayos académicos literarios, siendo de citarse el de Marie Alexandra Barataud (consultarla en Google), catedrática de la Universidad de Limoges y el más reciente pero no menos importante debido al Dr. Carlos Gómez Carro (UAM-Azcapotzalco ). Debe de advertirse al lector de esta remembranza; lo que ha pasado inadvertido para todos aquellos que se han ocupado del folletín de Cortázar: si Martré no hubiese ideado ese número, Cortázar jamás hubiese replicado con su folletín.
Por ahí de 1978 Cardona Peña fue jubilado forzadamente por hallarse Novaro al borde de la quiebra debido a malos manejos financieros de su director general. Esta jubilación forzada fue una pérdida irreparable para Novaro, porque Cardona Peña era un poeta de altos vuelos y un excelente narrador de Ciencia Ficción y Fantasía; fue por ello que bajo su dirección, Martré escribió muchos argumentos de CF, la sensibilidad literaria de Cardona Peña abrió amplísimos horizontes para esa historieta y le permitió una originalidad insólita, encontró en Martré el argumentista ideal, lo impulsó y alentó. Lo sucedió en el cargo Raúl Navarrete, hasta entonces secretario de ACP. Navarrete era un monaguillo reaccionario y ultraderechista a quien la línea impuesta por Martré (y aprobada por ACP) le desagradaba. .En el acto chocaron y Martré decidió retirarse de Fantomas. Lo sucedió una legión de argumentistas, pero a todos le quedaron grandes los zapatos de Martré, ninguno acertó a darle el tono y la línea que éste y Cardona Peña habían impuesto al personaje durante tantos años. Por lógica, ahí comenzó la decadencia de Fantomas, agravada porque en su crisis financiera, el tamaño fue reducido a la mitad.
Finalmente Novaro fue vendida a un inversionista que de historietas nada sabía y se fue a pique y ni Fantomas pudo salvarla.
Ahora, un paréntesis respecto al dibujo. Ya se dijo que el trabajo de Víctor Cruz desmerecía junto al de Lara, un buen día a mediados de los años 70 llegó a Novaro el dibujante peruano Gonzalo Mayo quien traía la escuela de los dibujantes españoles y franceses del “cómic de arte”. . A Moro se le ocurrió sustituir a Cruz por Mayo y la diferencia fue notabilísima. Era tan superior el dibujo de Mayo, que Martré, de motu propio se empeñó en escribir argumentos para el lucimiento del dibujante. Pero ¡oh, incomprensión y falta de cultura!, el público lector estaba tan acostumbrado al dibujo plano de Cruz, que no entendió el preciosismo de Mayo y las ventas de Fantomas bajaron. Cruz regresó a Fantomas y poco después Mayo fue contratado en Nueva York por los editores de “Vampirella”. .
A fines de los 80 la editorial “Vid” compró los derechos de Fantomas e intentó revivirlo. Pero se topó con el mismo problema anterior, nadie pudo superar, ni siquiera igualar a Martré y de nuevo Fantomas desapareció como historieta en poco tiempo.
Y que quede bien claro: si bien Alfredo Cardona Peña supervisaba los argumentos de Fantomas, jamás escribió uno.
Como se sabe ahora, “La amenaza elegante” nunca se fue al olvido. Actualmente es una historieta de culto y sus fans suman miles en toda Latinoamérica. Para corroborarlo, basta con consultar “Fantomas-La amenaza elegante” en Google y leer sus 90 primeras entradas.
Uno de los más populares personajes en la historia del crimen francés, Fantomas fue creado en febrero de 1911 y apareció en un total de 32 volúmenes escritos por los dos escritores, además de otras 11 obras de Marcel Allain, tras la muerte de Souvestre. Fantomas ha sido el tema de varias adaptaciones al cine, televisión e historieta. Su importancia en la historia del crimen y la ficción no puede ser subestimada, pues representa la transición entre los villanos de la novela gótica y los asesinos en serie modernos.
Para celebrar su centenario, Gonzalo Martré y otros admiradores de Fantomas van a publicar en el presente 2011 un libro con el título de El Centenario de Fantomas. Este blog se propone ofrecer anticipaciones de dicho libro a los lectores de habla hispana. Para comenzar, la primera entrada se refiere a la historia de la historieta "Fantomas, la amenaza elegante" :
I. La historieta mexicana “Fantomas –La amenaza elegante”
La historieta mexicana “Fantomas” es una historieta de culto. Como tal, abundan en la red de internet comentarios, colecciones y demás rituales de todo culto que se aprecie. Pero en todos ellos existen fallas de documentación sobre el origen de ”Fantomas” en México, errores en la atribución de su paternidad y otros detalles. El presente artículo está hecho con dos propósitos: primero, poner cada cosa en su sitio y segundo, rendirle homenaje a su creador, ya muerto.
En 1969, a Guillermo Mendizábal, frisando los 40 años de edad, se le ocurrió actualizar al personaje “Fantomas” de los folletines franceses de principio del siglo XX; quizá tomó como modelo a otro personaje similar de la historieta italiana llamado “Diabolik”, eso sólo él lo supo. En sociedad con el dibujante Rubén Lara, Mendizábal creó no tan sólo al personaje, sino toda su parafernalia: el profesor Semo sabio que lo apoyaba con sus artilugios electrónico-mecánicos, el robot C-19 creado por éste y lo rodeó de bellezas que respondían a los nombres del Zodiaco; todas estaban enamoradas de él, pero Fantomas de ninguna. Lo situó en su refugio de las inmediaciones de París y también lo dotó de otro refugio en una isla secreta de los mares del sur. Todo lo diseñaron entre ambos: características físicas y psicológicas.
Como Mendizábal carecía de los recursos económicos para publicar su historieta, acudió a la editorial Novaro (sociedad anónima), por aquella época (años 60), la primera publicadora de historietas gringas (tenía contrato con los sindicatos gringos de historietas), compraba los clichés y hacía las traducciones al español. Pero también era publicadora de historietas de origen mexicano, tenía varias series (Vidas de santos, Tesoro de cuentos clásicos, etc.). En Novaro, el responsable de las historietas mexicanas era Alfredo Cardona Peña, fino poeta y cuentista costarricense avecindado en México, quien vio en “Fantomas” buenas posibilidades. El poeta tico revisaba los argumentos, y el dibujante Moro revisaba los dibujos. Primero lo publicó como parte de la serie “Tesoro de cuentos clásicos” y al cuarto número lo sacó de ahí y le dio independencia formal. Fantomas fue un éxito rotundo. Al terminar de entregar el número 6, Mendizábal exigió sus regalías. Cardona Peña no se ocupaba de asuntos admnistrativos y lo mandó con el Jurídico. En el departamento jurídico le informaron a Mendizábal que Novaro no ofrecía regalías a sus argumentistas ni dibujantes. Les pagaba su trabajo por número y con un contrato que caducaba una vez publicado. Eso sí, pagaba bien, cosa que no hacía la competencia, la cual tampoco pagaba regalías. En esos tiempos abundaban las editoras de historietas.
No hubo arreglo y Mendizábal anunció que retiraba su personaje. Entonces el jurídico le informó que no podía hacerlo porque Novaro ya lo había registrado como propiedad intelectual suya en Derechos de Autor. De todos modos, Mendizábal y Lara se negaron a seguir trabajando para Novaro.
Entonces Cardona Peña buscó guionistas y dibujantes. El tico frecuentaba una peña literaria cuya sede era una cantina céntrica. La peña se autotitulaba LEAB (Liga de Escritores y Artistas Borrachos), en realidad Cardona Peña (de unos 50 años) era el patriarca de esa liga, formada por jóvenes entre los 20 y 30 años. En la cantina “Salón Palacio”, ACP un sábado por la tarde solicitó a los presentes candidatos para guionistas de Fantomas. Dos de ellos aceptaron en el acto al oir el pago (mil pesos por número) y otros se negaron a ello aduciendo que era rebajar su intelecto. De ahí surgieron Gerardo de la Torre y Gonzalo Martré. El primero rondando los 30 años y el segundo los 40. Por otra parte, ACP había conseguido a la escritora Rosa María Philips, quien argumentaba otras series de la misma editora. Para el dibujo atrajo a un ayudante de Rubén Lara, Víctor Cruz quien hizo una regular imitación del diseñador gráfico de Fantomas.
Los 3 guionistas trabajaron alternándose durante un año para Fantomas. Cruz pudo imitar con decoro el trabajo de Lara, aunque jamás lo superó. Rubén Lara en realidad era muy bueno y original.
Fantomas fue un éxito formidable desde el principio. Al cabo del primer año, Philips se retiró por enfermedad y De la Torre por hallar en la TV educativa un campo más lucrativo, durante dos años más envió esporádicamente uno que otro argumento y se retiró a la televisión educativa como guionista de “Plaza Sésamo”; Martré quedó solo como argumentista durante los siguientes 6 años. Si Mendizábal fue el “padre” creador de Fantomas, Martré fue su segundo “padre”, pues su trabajo no tan sólo nunca desmereció ante el primero, sino que lo superó –bajo los lineamientos originales-.
Martré introdujo en esa historieta algunas modificaciones de guión, tales como hacer personajes a gente famosa de la vida real, y darle a Fantomas un carácter más sarcástico. En ese tenor, en junio de 1975 a Martré se le ocurrió usar como personajes en el número 201 titulado “La inteligencia en llamas” a cuatro escritores famosos, entre ellos a Julio Cortázar. Esta es otra pequeña historia: en Novaro también trabajaba el argentino Luis Guillermo Piazza como jefe literario, quien se tomó la molestia de enviar el número titulado “La inteligencia en llamas” (título sacado de un verso de José Gorostiza en su famoso poema “Muerte sin fin”) a Cortázar. Cortázar discurrió que, puesto que a él no le habían pedido permiso para figurar en la historieta, él podría utilizar al personaje Fantomas en un trabajo suyo. Entonces escribió el folletín “Fantomas contra los vampiros multinacionales” con ilustraciones del número controvertido y se lo envió a Piazza quien se encargó de proponerlo al influyente periódico “Excélsior” y su director Julio Scherer no titubeó en publicarlo con un tiraje altísimo de 30 mil ejemplares siendo también todo un éxito (bajarlo completo en www.literaberinto.com/cortazar/fantomas.htm) . Sobre este folletín de Cortázar se han hecho ensayos académicos literarios, siendo de citarse el de Marie Alexandra Barataud (consultarla en Google), catedrática de la Universidad de Limoges y el más reciente pero no menos importante debido al Dr. Carlos Gómez Carro (UAM-Azcapotzalco ). Debe de advertirse al lector de esta remembranza; lo que ha pasado inadvertido para todos aquellos que se han ocupado del folletín de Cortázar: si Martré no hubiese ideado ese número, Cortázar jamás hubiese replicado con su folletín.
Por ahí de 1978 Cardona Peña fue jubilado forzadamente por hallarse Novaro al borde de la quiebra debido a malos manejos financieros de su director general. Esta jubilación forzada fue una pérdida irreparable para Novaro, porque Cardona Peña era un poeta de altos vuelos y un excelente narrador de Ciencia Ficción y Fantasía; fue por ello que bajo su dirección, Martré escribió muchos argumentos de CF, la sensibilidad literaria de Cardona Peña abrió amplísimos horizontes para esa historieta y le permitió una originalidad insólita, encontró en Martré el argumentista ideal, lo impulsó y alentó. Lo sucedió en el cargo Raúl Navarrete, hasta entonces secretario de ACP. Navarrete era un monaguillo reaccionario y ultraderechista a quien la línea impuesta por Martré (y aprobada por ACP) le desagradaba. .En el acto chocaron y Martré decidió retirarse de Fantomas. Lo sucedió una legión de argumentistas, pero a todos le quedaron grandes los zapatos de Martré, ninguno acertó a darle el tono y la línea que éste y Cardona Peña habían impuesto al personaje durante tantos años. Por lógica, ahí comenzó la decadencia de Fantomas, agravada porque en su crisis financiera, el tamaño fue reducido a la mitad.
Finalmente Novaro fue vendida a un inversionista que de historietas nada sabía y se fue a pique y ni Fantomas pudo salvarla.
Ahora, un paréntesis respecto al dibujo. Ya se dijo que el trabajo de Víctor Cruz desmerecía junto al de Lara, un buen día a mediados de los años 70 llegó a Novaro el dibujante peruano Gonzalo Mayo quien traía la escuela de los dibujantes españoles y franceses del “cómic de arte”. . A Moro se le ocurrió sustituir a Cruz por Mayo y la diferencia fue notabilísima. Era tan superior el dibujo de Mayo, que Martré, de motu propio se empeñó en escribir argumentos para el lucimiento del dibujante. Pero ¡oh, incomprensión y falta de cultura!, el público lector estaba tan acostumbrado al dibujo plano de Cruz, que no entendió el preciosismo de Mayo y las ventas de Fantomas bajaron. Cruz regresó a Fantomas y poco después Mayo fue contratado en Nueva York por los editores de “Vampirella”. .
A fines de los 80 la editorial “Vid” compró los derechos de Fantomas e intentó revivirlo. Pero se topó con el mismo problema anterior, nadie pudo superar, ni siquiera igualar a Martré y de nuevo Fantomas desapareció como historieta en poco tiempo.
Y que quede bien claro: si bien Alfredo Cardona Peña supervisaba los argumentos de Fantomas, jamás escribió uno.
Como se sabe ahora, “La amenaza elegante” nunca se fue al olvido. Actualmente es una historieta de culto y sus fans suman miles en toda Latinoamérica. Para corroborarlo, basta con consultar “Fantomas-La amenaza elegante” en Google y leer sus 90 primeras entradas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)